Tras el artículo en El País sobre la decadencia de Madrid llevo muchos días viendo mi ciudad un poquito más parecida a cómo es en realidad. La suciedad de nuestras calles, la falta de alternativas de ocio y cultura públicas o el ritmo frenético de asepticidad que nos embauca cada día se han ido engrandeciendo a mis ojos y han explotado esta semana con la huelga de basuras que estamos viviendo.
Por eso, cuando esta semana he estado buscando inspiración en las charlas TED, me ha llamado mucho la atención esta sesión de Robin Nagle. Robin trabajó codo a codo con los basureros de Nueva York, donde se generan 11 toneladas de basura orgánica al día, intentando descubrir qué les movía cada día a funcionar y seguir adelante a pesar de sus duras condiciones de trabajo, sus horarios, la inseguridad o el estigma social de trabajar con la mierda que el resto producimos.
Espero que la huelga finalice pronto y estos trabajadores sean tenidos muy encuenta, no por tener mi mierda de nuevo recogidita, sino porque como apunta Nagle, ellos son esenciales para nuestra vida. Son la garantía de la salud pública, la economía les necesita (para poder consumir hay que poder tirar) y permiten que podamos tomarnos un café en Starbucks y tirar el vaso y olvidarnos de él.
Es curioso e inspirador pensar cuánto hay por detrás de nuestro día a día que es tan necesario y que se puede ir a la mierda, nunca mejor dicho, por culpa de gestores incompetentes y sin escrúpulos.
Para seguir inspirándome, me he venido a Barcelona por motivos de trabajo, para estar con Esri España en la BcnDevCon, ¿nos vemos allí? 😉
