Viajes

Descubrir California: etapa 3, sin palabras, Yosemite

La verdad es que aún no tengo ni idea de cómo se pronuncia. ¿Yosemiti? ¿Yoshmait? ¿Yoshmiti? Pero tampoco importa, porque el Parque Nacional de Yosemite, en California, es uno de esos sitios donde cualquier nombre que proceda de nuestra naturaleza, vale.

Para llegar a Yosemite salimos de San Francisco con un coche de alquiler y tardamos unas cinco horas en cubrir el trayecto que lleva de la ciudad a la naturaleza (parando a comer). Una naturaleza que sorprende, porque de repente pasas de una carretera yerma alrededor, llena de malls y urbanizaciones de clase media, para encontrarte con los árboles más altos, bellos y verdes que yo he visto en mi vida.

¿Donde alojarse?

Aquí os voy a dar mi top tres de recomendaciones:

  • Dentro del parque. Una vez que reserves tu viaje a California y si tienes 100% claro que vas a ir a Yosemite… ¡no lo dejes pasar ni un segundo! A lo mejor tienes suerte y consigues un hueco en estos alojamientos que los americanos reservan hasta con año y medio de antelación… Yosemite Valley está muy bien, es la parte más «céntrica» de Yosemite, pero la parte norte no carece de encanto y también tiene alojamientos interesantes.
  • Fuera del parque: Mariposa. Está a la entrada oeste del parque y fue el pueblo donde yo reservé la primera vez que íbamos a ir (y no pudo ser por mi «mala pata»). Os recomiendo este B&B precioso, al que no pudimos intentar volver por falta de disponibilidad: Highland House (¡algún día iré!)
  • Fuera del parque: Mammoth Lakes. A una hora y media más o menos de distancia del parque, estes pueblo de esquí fue mi descubrimiento del viaje el año pasado. Pasamos tres noches allí y dos días fuimos a Yosemite y otros dos descubrimos esta otra maravilla de la naturaleza. En verano las pistas se convierten en un «parque temático» para los free riders en bicicleta de descenso, os recomiendo un día al menos de alquiler de bicis para subir a los lagos, y otro día de subida a la estación de esquí y Devil´s Postpile, una formación geológica muy singular. (Por cierto, aquí compartimos viaje de autobús con Jaime Lannister, jamás se me olvidará ese pelazo rubio…). Nosotros nos alojamos en el Edelweiss Lodge (buen precio, apartamentos grandes, recibimiento con super cookies gratis…)

¿Qué ver y hacer?

Si superáis el estendalazo que supone subir a Tunnel View, os recomiendo ir a pasar un poquito de vértigo en el Camp 4, a los pies de El Capitán. La caseta del guarda está llena de propuestas para los que quieran intentar la escalada con un compañero local, mensajes de ánimo a los escaladores, de advertencias sobre los osos, y por supuesto, de intercambio de pies de gato. Y sí, desde abajo la realidad sobre El Capitán cambia…

Os recomiendo que recorráis la carretera que cruza el parque por el norte (Tioga Road, que en invierno está cerrada) porque a cada momento hay un mirador y os aseguro que pararéis en todos (lagos, vistas del Half Dome y prácticamente todo el parque…). Además es la forma de acceso a las hot springs de aguas burbujeantes (en verano se apreciaba menos el fenómeno) y esas praderas llenas de ciervos, pájaros, marmotas, perros de las praderas… fueron uno de mis sitios favoritos de Yosemite. Podías ver las carretas de exploradores llegando al «lejano oeste».

¿Qué no ver?

Nada. Cuanto más tiempo tengas para estar allí, mejor. Y si te gusta el senderismo, escalada… y aprovechas para hacer algún trekking… ¡envidia podrida que me das!

Dónde comer

Para el parque lo mejor es el picnic. Hay muchas zonas habilitadas para comer en el campo y es una delicia. Eso sí, ten en cuenta que en verano está muy petado todo, y justo la zona con alojamiento y supermercado puede ser imposible. No recomiendo en absoluto los sitios de fast food que había en esa zona… tenían una pinta muy chunga.

Para los picnic, recordad las recomendaciones básicas del parque: LLevad siempre la comida con vosotros en la mochila (jamás en el coche, a no ser que quieras que te lo tunee un oso) y no déis de comer a los animales.