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Poncelet Cheese Bar

Entre visita y visita de turisteo, aprovecho para contaros mi experiencia en el que ha sido uno de mis descubrimientos del año,Poncelet Cheese Bar

Antes de que sigas leyendo, si no te gusta el queso, visítame otro día: esta entrada no es para tí. 
Gonzalo es un gran amante de los quesos, y yo voy educando mi limitado paladar y probando cada vez quesos más «fuertes» de esos que sólo el olor antes me tirabapatrás, poco a poco y en parte gracias a nuestras noches francesas que son poco más que comprar un botellín de Möet y ponernos ciegos con quesitos de El Bon Fromage
Otra de las cosas a la que nos estamos aficionando es a ir al cine más cultureta y de público más vetusto que he conocido: el Verdi de Bravo Murillo, que no nos pilla especialmente bien en cuanto a transporte, y por eso tenemos que hacer apaños (paseos desde Chamberí o desde Castellana). 
El caso es que una, que es muy lista y tiene memorión, recordó que había leído sobre el lugar de moda ya en varias publicaciones (a saber, varios Países, On Madrids, Vogues, Elles, S Moda y similares) y que dicho lugar está en la Calle José Abascal Sesenta y Uno, así, en letra, porque ellos lo valen. 
Poncelet Cheese Bar era el lugar más adecuado en el que hacer que Gonzalo me invitara para resarcirme por la peli de Tintín. Y que me invitara a gusto por el festín que se iba a pegar. 
Cuando llegamos la desolación nos inundó: presentarse en el sitio de moda de Madrid casi a las 11 y sin reserva es la antigarantía de que uno vaya a cenar. Pero se nos hizo la luz y nos hicimos con un sitio en barra y dos taburetes de los que hicimos nuestro bastión quesero. 
Y qué búnker hicimos, madre mía. La carta es tan completa que te da vueltas la cabeza para elegir entre alguno de sus más de 140 quesos, menos mal que los agrupan en tablas y que desde el principio teníamos 100% claro que íbamos a probar quesos (nos quedamos con ganas de volver a por las croquetas, la fondue…)
Asíque nos pusimos manos a la obra y elegimos la tabla del día y la tabla internacional número 2. Tras una breve espera apareció una camarera que nos explicó muy correcta, amable y divertida cada queso uno tras otro, recomendándonos cómo tomarlo, a qué nos iba a saber, su intensidad… Y marcándolos todos uno a uno en un papelito que te dan con dichos quesos para que no se te vaya la olla y por si quieres consultar mientas lo comes si tal o cual está hecho de vaca o de cabra y en dónde. 
Y es por esto que nos gustó, nos encantó, nos encandiló, nos maravilló y nos enamoró Poncelet Cheese Bar: porque lleva la cocina al campo de la experiencia gastronómica con un mix tan sencillo que ya existía en la época de antaño: un producto inmejorable, un lugar agradable y una atención inmejorable. 
Pero, ¿no son a veces los básicos una de las cosas más complicadas de encontrar en los sitios de moda y modernetes?
Casi tan complicado como encontrar una cheese cake auténtica y con el plus de la versión moderna de un postre que bien hecho es inigualable. La mejor, LA MEJOR, que he probado en mi vida, con coulis de mango, crocanti de chocolate blanco congelado, gelatina de lima… 
El precio final de dos tablas (seis quesos por tabla, ración muy buena, tanto que se compartieron sin problema entre las dos personas) y cuatro vinos, un postre compartido (y pan para dar y tomar incluído) fue de 50€. Caro o barato, según se mire, dentro de lo razonable para caprichos post-fílmicos y muy adecuado para las ocasiones especiales.  
En definitiva y después de un post tan largo, no me queda nada que contar, salvo dar las gracias a los camareros de barra por su atención tan simpática y su charla agradable, al mâitre también por su simpatía y amabilidad y a los «ideólogos» por haber puesto en el mapa de Madrid este imprescindible templo para vivir, en cada visita, una nueva experiencia en torno al queso. 
¡Ah! Las fotos maravillosas que ilustran el post son de la web de Poncelet Cheese Bar y de su página en Facebook. Si ninguna tienda-templo del queso te pilla tan bien como a mí, disfruta de su Tienda Online. Ah, y si quieres saberlo ya todo, todo sobre el sitio, no dejes de leer su CheesePaper

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