Hace ya unas semanas que fuimos al Teatro de La Latina para ver La Vida por Delante, obra protagonizada por Concha Velasco, que suplementos y magazines calificaban como excelente, gracias a la interpretación de una de nuestras mejores actrices.
La obra nos sitúa en una buhardilla de París, ocupada por una anciana ex-prostituta, que, desde que dejó su profesión, ha dedicado toda su vida al cuidado de los hijos de otras prostitutas que no querían ver a sus hijos creados en ese ambiente, y por Momo, un joven musulmán sin edad que por encima de todas las cosas quiere con locura a Madame Rose.
La trama es sencilla: Madame Rose se muere. Un final anticipado que sabemos casi desde el comienzo de la obra, y que acaba ocurriendo. Y aunque es una trama triste, está llena de diálogos divertidos, de humor, chispeantes y sobretodo, muy tiernos. Aunque esta ternura a veces se vuelve un poco empalagosa, quizá algo lenta y excesiva. Un «ratito» de la obra a mí me sobró…se hace lenta la espera del desenlace, y sería la debacle si no fuera por la genial interpretación de los dos protagonistas.
Una obra que tenía muchas ganas de ver, pero que al final me dejó muy fría. No por su final: «las personas son como las cosas, sólo tienen sentido cuando alguien las ama» una preciosa frase para el final una obra tan tierna, sino en general. Faltó «algo» que no sé bien describiros…diría que es la historia, que no me conquistó como pensé que lo haría.
Otras críticas:
Revista de Letras (fuente de las fotografías que he utilizado en este post).
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