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Viaje a Japón. Día 8. Cruzar Japón para llegar a Miyajima

Después de dormir en Takayama nos esperaba un largo, un larguísimo viaje. Había que cruzar Japón para llegar a dormir a Miyajima, un lugar mágico del que nos habian hablado sólo cosas maravillosas e impresionantes.

El trayecto desde Takayama hasta Shin-Osaka, vía Kyoto, y de ahí a Hiroshima, y de ahí a Miyajima fueron dos trenes y un ferry. Casi siete horas de viaje entre transbordo y transbordo, parada y parada, descubriendo un país diferente en cada estación, un comida diferente en cada andén, y un paisaje diferente tras cada ventanilla.

A pesar de que se nos hizo un poco largo, llegamos a la estación del ferry y pensaba que sólo había hasta las cinco. Imaginaos, las cinco menos cinco. Menuda carrera nos dimos para ver luego que había hasta las ocho…

Pero todo, todo mereció la pena. Gracias a la recomendación de Paty, una tía de Gonzalo, nos alojamos esa noche en el Iwaso, un ryokan precioso, con un montón de encanto y lleno de detalles. Aunque no cogimos la habitación más lujosa de las disponibles, era preciosa. Tenía un salón que luego se convirtió en nuestra cama (¡vivan los futones!), una pequeña terracita con vistas al bosque y a un arroyo que corría que daba gusto. Y por la noche tenían una iluminación que lo dejaba todo más bonito todavía.

Una de las mejores cosas del Iwaso fue la cena, porque, aunque ya conocíamos la comida tradicional de alto nivel japonesa, en este hotel nos la sirvió una camarera en la habitación, que nos iba explicando qué era cada cosa, cómo se comía y curiosidades varias de la cultura japonesa. Fue una cena larga, tranquila, agradable… todo estaba riquísimo y fue un momento muy íntimo que los dos disfrutamos muchísimo… fue yo creo el primer momento en todo el viaje en el que pensamos «ostras, que estamos casados».

Lo mejor, sin duda ninguna, de toda la experiencia en Miyajima fue vivir allí aquella noche, aquel paseo, el atardecer, el templo de Miyajima por la noche flotando sobre el agua, los ciervos libres por la isla… todos y cada uno de los detalles de este lugar son mágicos y espectaculares, y creo que nadie debería perderse esta experiencia en su viaje a Japón.