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Viaje a Japón. Día 14: últimos templos Kioto

Para nuestro último día en Kioto dejamos una variedad de monumentos y lugares «must» de la ciudad.

En primer lugar fuimos a ver el templo de plata, o Ginkaku-ji. Es un templo pequeño y con un jardín seco muy curioso, perfectamente rastrillado y con un flanazo de arena. Es un jardín tipo Karensasui, al que rigen los principios de simplicidad elegante o la belleza del vacío. Sobre su interpretación hay muchas teorías, asique os dejo que busquéis, contempléis y penséis frente a ellos la que más os convence, la que sea cierta para vosotros. El recinto tiene un pequeño recorrido con muy buenas vistas de la ciudad y debe de ser un sitio impresionante para ver un atardecer en otoño.

Desde ahí recorrimos el camino de la filosofía, uno de los lugares más tranquilos de Japón 🙂 Un paseo muy recomendable que debe de ser espectacular en primavera. No lo olvidéis si estáis allí en esas fechas.

Después vimos otro patrimonio de la humanidad, recomendación de Santi (@simplifica), el Kiyomizu-dera. Es un conjunto de templos precioso situado en una loma con preciosas vistas también de la ciudad. Lo más llamativo, quizá a nuestros ojos occidentales, es que es un auténtico «parque temático» de la espiritualidad. Está absolutamente lleno de gente pidiendo deseos, comprando amuletos en las decenas de tiendas, bebiendo de las fuentes de la longevidad…

Por cierto, hoy ilustro el post con una imagen de Santi, porque sus «japoneando» me han encantado (¡tienes que hacer más eh!) y porque le debo un okonomiyaki que vamos a saldar esta semana SÍ-O-SÍ.

La experiencia del día fue entrar en el templo que simboliza el vientre de buda (un edificio pequeñito antes del gran templo). Es reconocible porque verás a gente cogiendo unas bolsas de plástico y quitándose los zapatos. Son un par de yenes extra, pero merece la pena. Bajas una escalera asido a un pasamanos como si te fuera la vida en ello (¡ insisten amenazantemente en ello!) y de repente todo es oscuridad. Agarrado al pasamanos llegas a una minúscula sala iluminada por una luz cenital con una piedra que gira. Debes girar la piedra mientras pides un deseo a Buda, y eso hicimos. Muy recomendable.

Por la tarde nos dedicamos a hacer las últimas compras de la ciudad navegando por los muchos centros comerciales del centro de la ciudad y a preparar las cosas para el día siguiente volver a Tokyo.