Y hoy, le toca el turno a Sevilla…
Me ha encantado la ciudad y todas las posibilidades de visitas que existe. Es inabarcable verlo todo en un fin de semana: iglesias, museo de indias, catedral, barrios, puentes… Asíque hicimos lo que pudimos, mucho más si tenemos en cuenta que la mañana del sábado no nos llovió: directamente nos diluvió. Habría sido mejor idea disfrutar de la mañana en EBE y de la tarde en Sevilla, pero lo hicimos al revés…¡fallo nuestro!
Eso sí, Sevilla es una ciudad tradicional, y la gente es también muy tradicional. Y los bares. Y las tiendas…Fue para mí toda una sorpresa encontrar una grandísima sucursal de mi tienda favorita (y desgraciadamente, en la que no puedo comprarme nada) de Madrid: HAND Have A Nice Day
Como íbamos a lo baratillo, no puedo recomendaros ningún restaurante en especial. Eso sí, puedo hacer una breve «review» del hotel Casas de Santa Cruz, en el que nos alojamos.
Creo que es justo decir del hotel que está en el barrio más bonito y céntrico de Sevilla, Santa Cruz, el antiguo barrio judío. Sus calles son liosas, intricadas, pero encantadoras, y cada rincón es único. Una vez que uno se hace con un mapa (imprescindible si váis a alojaros por la zona, o GPS o smartphone enchufado a Google maps) es menos complicado hacerse llegar a donde uno quiere ir.
El hotel es pequeño, con poquitas habitaciones pero también alquilan apartamentos en la misma calle, la Calle Pimienta. Las habitaciones son sencillas, en una antigua casa de techos altos con un patio interior encantador. Equipadas con lo básico: televisión y una radio para acoplar ipod, itouch y etc, pero sin teléfono o minibar, cosa que me sorprendió. El baño también muy simplón, muy ostentoso por el mármol que lo decora, pero la ducha con una mampara incómoda (de estas que son una plancha de cristal) y pocos productos de tocador (champú, gel y jabón de manos).
Hablando del baño, el que para mí ha sido el primer fallo del hotel: el agua no salía caliente. Salía templada tirando a caliente, como si la caldera no tuviera fuerza suficiente para todas las habitaciones, o, peor aún, como si la temperatura del agua estuviera limitada a un máximo.
Y después, el segundo gran fallo del hotel…el acondicionamiento de la habitación. Nos hospedamos en la habitación número 1, al lado de la entrada y que da a la calle Pimienta y se oía todo, absolutamente todo lo que ocurría en el patio, recepción o la calle. Además el acondicionamiento «climatológico» no era el adecuado. Una ventana antigua y muy que dejaba escapar el calor, ya que puse el aire acondicionado a 30grados y seguía sintiéndose frío al despertar o al ir al baño por la noche.
Y por último, el tercer gran fallo del hotel: el desayuno. Uno de los dos días que desayunamos pedimos ir a desayunar. El desayuno se hace en el Restaurante Santa Cruz, al lado del hotel en la misma calle Pimienta. Nos dijeron que era «bufé», pero creo que para poder utilizar esta palabra debería de haber un mínimo de calidad. Además preguntamos si, por ser la hora que era (10:15, el desayuno acababa a las 10:30) no habría problemas (cantidades, servicio…Me ha pasado en otros hoteles y no quería que se repitiera) y se nos dijo que no. Pero al llegar quedaban dos manzanas, dos rajas de melón, dos lonchas de jamón york, un cuenco casi acabado de chococrispies, no quedaba leche en el termo que la servía, un rastro de tumaca en un cuenquito… Desolador, simplemente desolador. Para más inri, el zumo tenías que pedirlo y te lo ponían en vasos de chupito. Sí, en ese típico vaso de chupito de whisky que sale en las pelis estadounidenses. También tenías que pedir el colacao o el café, ya que la leche se había acabado. Y todo esto se pedía a un camarero hiperactivo, que sería muy gracioso y muy salao para cuando los turistas van al restaurante a cenar, pero que no sabía servir a un cliente medianamente educado y exigente.
En definitiva: no cojáis el desayuno de ninguna de las maneras.
Valoración final: un hotel que mereció la pena por el trato de su servicio, siempre atento y amable, y por la oferta especial que tenían con el EBE10, cada noche a 50€ + iva. El precio normal son 90€ en temporada baja…y…¡¡180€ en feria o semana santa!! No merece la pena, seguro que por poco más se accede a un 3/4 estrellas en Sevilla mucho mejor en general.
