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Restaurantes Girona: El Portal de la Gallarda

Tengo que hablar de este restaurante del pueblo de Castelló D´Empuries. Un locar único, en un patio medieval sobre la muralla de este municipio del Alt Empordá, con vistas al foso aún conservado y a los campos de cultivo de las afueras del pueblo.

(Imagen de la web de turismo de Castelló)

Encantador, fresco, con un ambiente incluso íntimo y romántico por la noche, cuando se encienden las velas y la música baja de volumen para facilitar la conversación de los comensales.

Pero, por desgracia, todo el ambiente creado, las expectativas y el paladar se derrumban ante una cocina mala y un servicio incorrecto.

La carta no es muy extensa, sí que tiene gran variedad de carnes, y era esto lo que nos había atraído del lugar. En cuanto a las bebidas, la carta de vinos es correcta, aunque los precios son prohibitivos, la variedad  más barata superaba los 10€ en todas las opciones, algo no planteable para bolsillos más apretados, como era el caso de los nuestros.

Optamos por compartir unas virutas de mousse de foie, con sales de cava. La ración no era escasa, asíque hicimos bien en compartirlo, pero la mousse estaba insípida si se tomaba sin la sal, y nos pusieron tres mini tostas de pan por persona.

El segundo plato, prometía, dado el olor que salía de la parrilla y llegaba hasta nosotros. Elegimos la hamburguesa «especial» de la casa y un churrasco de ternera. Aunque la comida olía bien, algo olía mal, la camarera al tomarnos nota no nos pidió el punto que deseábamos para la carne.

Y así pasó, ambas carnes estaban hechas en exceso. Si, bien, el churrasco va de eso, pero no la hamburguesa, que se convirtió en una masa informe sin sabor y difícilmente comible y masticable. Y el churrasco, dificil de masticar, daba pie a pensar que la carne no sólo estaba muy hecha, sino que, además, no era fresca. Era como comer un chicle quemado.

Y en cuanto a la hamburguesa, no entendimos el «especial» no se le veía por ningún sitio. Se trataba de una hamburguesa grande en un pan, con la misma guarnición de verdura asada que llevaba la otra carne.

Así pues, pasamos de los postres, muy pomposos en carta, pero ya nos habían timado bastante con el nombre del primer plato que luego defraudaba. Al pedir la cuenta, veinte minutos de espera, para al final, llevarnos la «sorpresita» de que se nos había cargado el servicio de pan, que no habíamos pedido.

LLamamos a un camarero (el responsable del local, en realidad) y nos comenta que «es el precio del servicio, que cobran siempre». Este precio no está señalado en la carta (sí que pone el precio por ración de pan, de 1,50€, pero nosotros no solemos tomar pan en la cena, por eso no lo solicitamos) y te lo cobran sin aviso, y como concepto pone «pan». Esto es un grave fallo, sobretodo en un restaurante en el que por un primero y dos segundos mal cocinados y sin sabor nos cobraron 45€, cobrarte el pan que no te han servido, un servicio desatento e inadecuado en vestimenta y formas, me parece un latrocinio, aunque os pueda parecer que tres euros no vayan a ningún sitio.

Un lugar del que podéis pasar de largo: El Portal de la Gallarda.