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Munich

En Munich los ricos se desplazan en Porche de todos los colores y acabados. Pero los ricos son un poco como todos, y no hay un acto más mundano que lo demuestre mejor que el saber que los ricos también cagan. La diferencia suele estar en el hecho de que no caguen en baños normales. Algunos cagan en baños robóticos, con luces, música y mando a distancia, y una minifuente con chorros en sincronía que recibe lo que sus cuerpos no necesitan. A miles de kilómetros de los baños de los ricos japoneses están los baños de los ricos de Munich, que son como los baños de los pobres españoles pero con papel de doble cara.

Detalle de cabeza en bronce de la Glyptothek, una visita esencial para estudiantes de Arte Clásico, ya que contiene los relieves del templo de Afaia en Egina (y por cierto, muy poco recomendada en las guías o información sobre la ciudad).
Interior de la Catedral de Santa María.

Habrá alguien a quién le parezca esta una crónica rara de viaje, pero es que son éstas las diferencias simples y humanas con las que Munich te lanza directamente a la realidad. Una realidad en la que comprendes que de verdad existe eso de las dos Europas y que tú formas parte de aquélla en la que no todo funciona como debería ser. Entiendes un poquito más (aunque no la justifiques) a esa señora que sale en la tele imponiendo restricciones, recortes y ajustes desde parlamentos ajenos, aunque hable en alemán, vas viendo un poco por dónde van los tiros.

Y mientras unos conducen un Porche y miran al futuro con una sonrisa bávara, o se sientan con una Agustiner Edelstoff en la mano en alguno de los «biergarten» de la ciudad, otros compartimos su mesa y miramos pasar sus cilindros preguntándonos qué podemos hacer para ser un poquito más como Munich y sus gentes, en cómo salir de esta, en si será posible algún día vivir en un país orgulloso de sí mismo, en el que todo fluye y funciona de una forma natural, orgánica y lógica que no impide disfrutar de las calles, los parques, los carriles bici y en definitiva, de la vida.

Detalle de la columna dedicada a Santa María en la Marienplatz.

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