Hoy la Renfe me ha traído una melancolía, como dijo Víctor Hugo, porque he terminado un libro:
Como con Saramago no puedo ser imparcial, qué os voy a decir… Es mi DIOS de las palabras, capaz de sorprenderme con cada libro, aunque todos tienen la misma peculiar ortografía, el mismo preciosismo en la palabra que a tanta gente le parece redundante y aburrido…
Sólo queda decir que espero poder algún día leerle este libro a un niño muy pequeño, en una cuna, sin que entienda nada, pero, ¿no es eso lo que hacen los niños? Nunca comprenden lo que hacen los adultos, que somos ilógicos y complejos.
Espero leerselo algún día, varias veces, porque para mí este “cuento” ha alcanzado a otro de mis favoritos, aquel del pequeño príncipe que viajó de una estrella a la tierra para enseñarnos cómo el género humano es de los más estúpidos géneros, pero también, de los más bellos.
(Esta entrada tiene intención anti-Larson: ¡basta ya! Hasta en la sopa y…¡la calidad literaria de su obra no es tan apabullante!)
5 Comments
Anónimo
19 Junio, 2009 at 1:22 pmTambién leo a Saramago, pero éste no me ha convencido mucho (donde estén "Las Intermitencias de…")
Donde sí coincido es el Larson-affaire: De vez en cuando se nos lanzan campañas sobre lo que TENEMOS que leer, comer, ver en cine, curarnos, protestar,…
Menos mal que aún podemos decidir por nosotros mismos!
Salsi-reflexions
CarLitros
19 Junio, 2009 at 4:30 pmNo es mi Dios, pero me gusta mucho Saramago, así que trataré de leer este libro.
Un beso
M@ri4
20 Junio, 2009 at 6:56 pmBesotes a los dos desde las playas alicantinas, jo, no lo puedo evitar, es que estoy TAN feliz en la playa…¡que lo cuento a todo el mundo!
Paco Montoro
21 Junio, 2009 at 10:09 amMaría, de este autor solo he leído Todos los nombres, espero leer mas sobre su obra, entre ellas El viaje del Elefante. Saludos
RAKALA
21 Junio, 2009 at 4:51 pmHola guapísima,
Tomo nota!
Bessets